Iba a contaros algo de la feria de Sevilla para aquellos que no la conozcais, pero me ha salido muy largo, por lo que lo iré haciendo por capítulos.
Esta primera parte es una descripión general y en los próximos capítulos iré detallando algunos aspectos a destacar.
La feria de Sevilla se celebra en el Real de la Feria, que es un barrio que se construye cada año durante tres meses, se usa una semana y se desmonta durante otros seis meses (me extraña que siga habiendo paro en Sevilla).

Este barrio temporal tiene varias zonas claramente diferenciadas:
Las casetas, en las que todas las calles tienen nombre de torero sevillano, el suelo está hecho con albero y las casas son construcciones de tubos metálicos cubiertos por una lona y se llaman así, casetas.
Las casetas son, en su inmensa mayoría, privadas. Es decir, o eres socio o ha de invitarte un socio para poder entrar. Es muy corriente ver a un sujeto en la puerta con cara desencajada y mirada de águila inane acechando el interior buscando a Paco para entrar a saludarlo, porque lleva tres horas dando vueltas por la feria, no encuentra a ningún amigo con caseta y está hasta los güevos de tragar albero.





Aquí también se encuentran las tómbolas, donde un peluche para contentar a la novia de turno te sale por sólo 1.500 € en papeletas, pero ¿le vamos a poner precio al amor?.
Servicios municipales complementarios entre los que destacan: los aparcamientos que se ubican exactamente “donde cristo perdió la gorra”; el puesto de la Cruz Roja (fundamental saber dónde está exactamente, por si las copas); la “caseta de los niños perdidos”, que no tiene nada que ver con Peter Pan, sino que es dónde vas a buscar a cualquiera que dijo ir a “combrar taffaco” hace tres horas, aunque tenga ya cincuenta años (si no estuviese ahí, mira en la Cruz Roja); el depósito de la grúa municipal que es donde preguntarás por tu coche si lo dejaste encima de una acera y crees que te lo han robado.
Barrio de Los Remedios. Es un barrio pijo en el que se ubica el Real y que durante una semana al año se convierte en el meadero más grande del mundo, pues cualquier esquina es buena para eliminar la manzanilla no asimilada por el cuerpo y el lugar pefecto para ir examinando el contenido estomacal de quien ha bebido más de lo que le permite su hígado.
Hasta aquí lo que es la feria. En el próximo capítulo contaremos qué se hace en la feria.
4 comentarios:
joer, cari, a ver si lo he entendido... Osea q voy yo con la cara de pinzo a Sevilla y no conozco a nadie y no me como una rosca? no puedo entrar en ninguna caseta? Otra cosa es que luego me detengan por no saber bailar pero que no me dejen entrar.... pues vaya!!
Ejem ejem... tu tienes caseta?
Sí, lo has entendido perfectamente. En un próximo capítulo contaré la feria de un guiri.
Tu, por supuesto que tienes caseta. La mía y las de mis amigos.
IAGO:
Últimamente pasa algo raro con tu blog:
- Al llegar al final del artículo, éste desaparece de la pantalla. Sí, desaparece el artículo, aunque el resto del blog permanece.
- Mis comentarios no aparecen después.
Amenaza a chuecablog con migrar para que lo arreglen.
Y a mí, ¿me invitas a tu caseta? Seguro que Juani, con lo soso y borde que es ni tiene amigos ni caseta. Ja, ja, ja... Un abrazo a Juani (y a tí).
¡Sevilla tiene un color especiaaaaallll!
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