La televisión social (I)

¿Debe cumplir la televisión un papel social o sólo es un medio de entretenimiento?
No creo que se pueda contestar a esta pregunta en un solo artículo, por lo que presumo que lo desarrollaré a lo largo de varios. Pero comencemos.
En primer lugar, es indudable que la tv influye en la sociedad. Esto no puede negarse, el tema a debatir es si las cadenas han de responder de esa influencia u orientarla en un sentido determinado.
En principio, hay que destacar que la tv no es un mercado abierto. Es un sector totalmente intervenido, pues las cadenas son licenciatarias del estado, por lo que el gobierno puede imponerles ciertas condiciones que han de cumplir y de hecho así lo hace con las cuotas de pantalla de emisiones nacionales, apoyo a la producción nacional y otras.
Un tema aparte es el cumplimiento real de estas condiciones, pues todavía está por ver que una cadena pierda la licencia de emisión por no cumplir las condiciones establecidas (y pocas cumplen todos los términos) o, al menos, sea sancionada.
Para poder afornatar el tema, habría primero que establecer dos categorías: las cadenas públicas financiadas por los ciudadanos y totalmente dependientes de un ente público; y las cadenas privadas, financiadas por los usuarios (bien mediante abonos y compra de emisiones, bien mediante la publicidad).
Creo, y ya entramos en el terreno de las apreciaciones personales, que las cadenas públicas están obligadas a desarrollar un papel socializador. Han de tener contenidos culturales y favorecer los valores que queremos sean los predominantes en nuestra sociedad. Por ello han de cuidar los contenidos y soportar programas deficitarios siempre que completen la oferta televisiva que los demás no cubran.
Esto no quiere decir que queden relegadas a la emisión de documentales exclusivamente (creo que las migraciones de ñus por el Serengueti las he visto más veces que el cocodrilo que se come a la cría en el río). Pero la parrilla dá para mucho y junto a series de ficción internacionales y películas de estreno, concursos y programas de puro entretenimiento, debe quedar un espacio para muchas otras cosas.
Aparte, en toda la programación, deben regir una reglas de transmisión de valores sociales y no todo está permitido, pues las posibles pérdidas se enjugan con cargo al presupuesto público, por lo que debe devolver esa inversión monetaria que hacen los ciudadanos.
En el próximo abordaré las cadenas privadas.

7 comentarios:

Ruvias Intelijentes dijo...

talmente de acuerdo!

hesperamos la segunda parte!!

vesis catodicos

Anónimo dijo...

¡Te encontré! Hablando de tele..., hazte más publicidad, hombre.

Espinoso tema. Ahora mismo en TVE están con la regulación de empleo. ¿El déficit debe asumirlo el estado? Yo creo que hay que esperar unos resultados mínimos y, en función de esa previsión, "hacer gasto". Lo que no se puede es vivir de la apariencia: actuar como que se es un canal puntero, y estar perdiendo dinero a espuertas.

Víbora dijo...

Yo planteaba una discusión más filosófica sobre la naturaleza de una tv pública.

Pero si entramos en los fríos números, estoy de acuerdo en que las pérdidas y la mala gestión han de ser controladas.

Precisamente por tratarse de dinero público, se han de respetar unos presupuestos establecidos y generar una producción acorde con los ingresos por publicidad, pero acepto un nivel de pérdidas por esa función social a costa del estado.

Pero ¡ojo! un cierto nivel de pérdidas, no el agujero negro que es actualmente la rtve.

Respecto de la regulación de empleo, por supuesto que el estado ha de cargar con el coste económico, los trabajadores no tienen la culpa de nada y han de cobrar lo que haga falta.

Pero por otro lado, los responsables de la mala gestión que ha llevado a esta situación han de responder de sus actos de dos formas: políticamente (¿cuándo asistiremos a una dimisión en tve?, que desde Pilar Miró no se da el caso) y patrimonialmente, si se demuestra mala fe o uso partidista de la tv pública en algún responsable, que pague lo que deba (ya sé que esto produce carcajadas en el congreso, en TODO el congreso).

Acotación: ¿No crees que si los políticos respaldaran su gestión con su patrimonio personal habría muchos menos políticos?.

Saludos

P.D. Por supuesto que hablo de tv, ¿cómo crees que llegué a tu blog?. Y la publicidad, pues sólo llevo una semana con este blog, éspero que ya irá conociéndose.

Víbora dijo...

¡Ah, Ruth!

Y gracias por leerme y participar.

Es que soy de un descastado...

Anónimo dijo...

Seguiré viniendo, que no sabía que tenías blog propio hasta que me lo dijo Josmachine.

Respecto al tema, la función social de la TV es necesaria, y va más allá de programas documentales en la segunda cadena o en la autonómica de turno.

Pasa todo por el concepto de la responsabilidad, pero es que eso no está nada de moda.

Víbora dijo...

Entonces estamos de acuerdo, la función social de una tv pública va mucho más allá de la emisión de programas culturales, si no que debe plasmarse en toda la programación para potenciar y favorecer los valores de la sociedad.

Anónimo dijo...

Debería cumplir un papel social, pero por desgracia en una sociedad de mercado, el que manda es el mercado y no la sociedad, la tele es sólo un ejemplo...
Si sigues hablando de tele tendré que seguir leyéndote!! Saludos!! ;)